«¿Adónde te escondiste…?»

“Este espacio, trata sobre todo de tener un rato para orar juntos.

Cada año hemos buscado algunas claves para orar.

El primer año fue con la Eucaristía, pues  nos pareció que seguir el recorrido de la Eucaristía encierra una sabiduría preciosa, donde cada momento es como una enseñanza para aprender a orar.

El segundo año, el curso pasado, estuvimos recorriendo Las Moradas. Yo digo, que no voy explicando las moradas, sino entrando en qué claves hay para orar, que nos enseña Teresa de Jesús.

Este año se nos ocurrió que podríamos pedir a Juan de la Cruz que fuera nuestro compañero en el camino para enseñarnos algunas de sus sugerencias para hacer oración con el Cántico Espiritual.

El Cántico Espiritual encierra una gran sabiduría, así que vamos a ir haciendo como un recorrido, a través de algunas de las principales canciones.

 

Ya sabes que lo más genial de Juan de la Cruz es su vida, es su vivencia, es la experiencia grande de Dios.

En cuanto a su palabra la poesía tiene una fuerza,  tiene magia, tiene una gracia especial, y por eso vamos a irnos acercando a algunos de los versos de Juan de la Cruz para que nos remueva las entrañas, para que nos enseñe a orar, para que nos pongan en camino.

Hemos repetido continuamente que todos nosotros estamos aprendiendo a orar, y se aprende a orar cuando una persona se pone a orar, y se pone en silencio, delante de Dios con su verdad.

Vamos a coger la invitación de Juan de la Cruz a emprender un camino. Lo vamos a hacer durante este año, durante distintos domingos, y yo voy a sugeriros algunas ideas para pasar a un segundo momento que va ser hacer oración.

Entonces vamos hacer silencio juntos, vamos a poner alguna canción, y vamos a orar el itinerario de Juan de la Cruz en el cántico espiritual, que encierra como un proceso, como un camino.

La vida de cada uno de nosotros es un camino,  un constante caminar, donde vamos evolucionando, vamos avanzando, vamos retrocediendo, vamos profundizando, nos vamos dejando, y vamos descubriendo…

El primer momento de San Juan de la Cruz dentro del Cántico es un grito desgarrado, es un grito sin anestesia, y es el grito «¿adónde te escondiste, amado?»

Vamos a conjugar un poco este grito de Juan de la Cruz, y vamos a hacerlo, a tratar de hacer oración, en cada uno de nosotros.

Si San Juan de la Cruz, nombre místico, buscador de Dios, un hombre que ha contado la belleza de Dios de una forma tan bonita, diciendo a donde te escondiste…

Si él sintió que Dios se le perdía …, que aquél que le había tocado, que le había enamorado, de repente no sabía dónde estaba…

La pregunta es ¿cómo no se me va perder a mi? ¿cómo no se nos va perder a nosotros?

Como jugamos a veces perseguir que no se nos pierda, como jugamos a veces a tener a Dios bien amarrado, o bien enjaulado.

¿La vida espiritual consiste en tener a Dios bien sujeto donde yo sé que él me va a regalar su gracia? o ¿no será la vida espiritual el comienzo de todo un grito, humilde, sincero que dice:

¡Señor, ¿dónde estás? ¿dónde te puedo encontrar?…”

 

 

.

Deja un comentario