Desde el corazón de Jerusalén, desde aquí, se divisa hacia un lado la zona de Betania y del otro lado se divisa toda Jerusalén.
Estoy sobrecogido y viviendo momentos muy especiales que comparto con vosotros porque quiero hacer de este momento un momento de oración y quiero traeros a Tierra Santa, a la tierra de las raíces, a la tierra de las fuentes.
La zona de Galilea que es la zona del origen de los carmelitas el Monte Carmelo la zona de Nazaret . Estoy visitando a los hermanos y a las hermanas.
Quiero contaros tres santuarios, tres clases de santuarios que he visitado, en los que me he dejado envolver por el clima de la presencia viva, de lo que resuena en ellos.
Si pedimos el nombre de una monja carmelita, la respuesta de muchos será Teresa de Ávila. Quizás alguno dijera Teresita del Niño Jesús, u otro conocedor del Carmelo pensara en María Magdalena de Pazzi. Sin duda, todas ellas y otras muchas son santas extraordinarias del Carmelo. Pero, si la historia del Carmelo empieza con un puñado de hermanos en Tierra Santa, ¿cuándo y dónde aparecen en escena el Carmelo femenino para que después puedan surgir esas brillantes figuras?
hay una beata del s. XVI, cuya memoria litúrgica celebramos hoy, mucho menos conocida, con la que se origina el Carmelo femenino en Nantes (Francia) por el encuentro de una mujer de la nobleza -la duquesa Françoise d’Amboise- y el beato Juan Soreth.
La Beata Francisca d’Amboise, carmelita -duquesa de Bretaña en el siglo- nació en plena Guerra de los Cien Años, en el castillo de Thouars el 9 de mayo de 1427, Françoise, hija del muy rico señor Louis d’Amboise y Marie de Rieux, se encontró muy pronto confrontada con la violencia de los grandes y desde sus primeros días, debe huir con su madre a la corte de Bretaña. Vivió primero en Vannes, luego en Nantes.
Criada en la piedad, la fuerza y la dulzura, Françoise tuvo que casarse a la edad de…
El sábado 12 de septiembre de 2020, la Asamblea Episcopal Ortodoxa de España y Portugal y el Arzobispado de Madrid (Iglesia Católica Romana), celebrarán la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación (JMOCC 2020) invitando a la ciudadanía madrileña a reflexionar sobre la importancia de ser “Custodios de la Vida”.
Presidirán estos actos el cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro Sierra, el metropolita monseñor Policarpo (Patriarcado Ecuménico de Constantinopla) y el obispo ortodoxo rumano, monseñor Timotei.
El evento tendrá lugar a las 12:00 h y se retransmitirá online a través del canal de Youtube de la Comisión Diocesana de Ecología Integral y del MCMC.
Visita la página oficial del “Tiempo de la creación”
El Tiempo de la Creación es un tiempo para renovar nuestra relación con el Creador y con toda la creación por medio de la celebración, la conversión y el compromiso. Nos unimos a nuestras hermanas y hermanos de la familia ecuménica en oración y acción por nuestra casa común. [Sigue leyendo]
Invitación de la Comisión Diocesana de Ecología Integral
Desde la CDEI os invitamos a celebrar el Tiempo de la Creación. Desde el 1 de septiembre y hasta el 4 de octubre, cristianos de todo el mundo se unirán desde la oración y la acción profética, para dar gracias a Dios por toda su creación, especialmente por nuestra Casa Común, el planeta Tierra.. [Sigue leyendo]
Vídeo del Papa. Respeto a los recursos del Planeta
Estamos exprimiendo los bienes del planeta. Exprimiéndolos, como si fuera una naranja. Países y empresas del…
Queridos amigos del Carmelo, en la oración del Cei del día 16 de Julio celebraremos con gozo la fiesta de Santa María del Monte Carmelo, nuestra fiesta grande. María nos anima a escuchar la palabra del Hijo en el silencio del corazón.
La familia del Carmelo quiere vivir el carisma que Teresa de Jesús y Juan de la Cruz recibieron, para fundar una nueva familia religiosa, unida al viejo tronco del Carmelo, los “Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo”. De ellos hemos recibido la devoción mariana y bíblica de nuestra vocación. La Virgen María es para nosotros Madre y Patrona, maestra de Jesús, y ejemplo de vida interior y unión con el misterio de Cristo.
Nos sentimos llamados a la oración que alimentamos con la Palabra de Dios, para vivir cada día el encuentro con el amado.Ser amigos fuertes de Dios, es vivir la oración como amor…
A su regreso de América algunas de sus vivencia en Cerro de Potosí, especialmente la huella que le ha dejado el P. Paco que a sus 89 años recorre a pie, incansablemente, esas tierras para llevar a todos el Evangelio
El P. Miguel Márquez ante el fallecimiento de dos carmelitas y el aniversario de su padre, reflexiona como han sido vidas que se han apagado desgastadas para iluminarnos de otra manera, personas que partieron y nos miran desde la eternidad. Ante la muerte de los que amamos la oración es el único consuelo
Diez bolsitas de nueces fueron el guiño de Dios a una comunidad carmelita en un momento de crisis, nos cuenta el P. Miguel Márquez desde Bolivia, ayudándonos a descubrir las caricias de Dios a través de las vidas de los sencillos, es la historia de María Salud, si bien antes, su hermano, Luis Espinal, Lucho nos ofrece un poema
JUVENTUD Ya casi no somos jóvenes; la vida nos ha madurado; y envejecido. El abanico de posibilidades se ha ido cerrando; y ahora, la vida es un camino prosaico, entre dos cunetas. Sentimos la tentación del desengaño, ante tantos cadáveres de nuestros ideales. Nos sentimos cansados de luchar; y quisiéramos ya una vida aburguesada. Señor, consérvanos en la juventud. No nos dejes caer en la tentación de la rutina y el dejarlo correr.
Jesucristo, quisiéramos ser como Tú, que no conociste la esclerosis de la edad madura, y fuiste joven hasta la muerte violenta. Danos juventud, aunque sea sólo juventud interna, de espíritu. Hay que ser jóvenes de mentalidad, y no sólo en el vestido. Consérvanos la imprudencia de la juventud. La bendita imprudencia que es capaz de jugarse la vida por un ideal; capaz de ilusión y de amor. Que nunca seamos viejos, ni carga muerta, meros frenos para los demás. No nos satisface ser sólo carteles indicadores de peligro, a lo largo del camino.
Líbranos, Señor, de ser incomprensivos con los que nos siguen. Ellos traen algo nuevo. No queremos hacerles sufrir lo que hemos sufrido. Enséñanos a cederles el paso, a tiempo; queremos aprovechar su energía, utilizar su crítica. No queremos envejecerles, contagiándoles nuestra vejez prematura. Enséñanos, Señor, a retirarnos a tiempo. Sin que nos tengan que bajar a la fuerza.
“Cristo mío, cuán sabrosos y cuán deleitosos se muestran vuestros ojos a quien os ama y Vos, bien mío, queréis mirar con amor. Paréceme que sola una vez de este mirar tan suave a las almas que tenéis por vuestras, basta por premio de muchos años de servicio. ” EXC 14, 1 Teresa de Jesús