La Beata Francisca d’Amboise y el inicio de la monjas carmelitas

Si pedimos el nombre de una monja carmelita, la respuesta de muchos será Teresa de Ávila. Quizás alguno dijera Teresita del Niño Jesús, u otro conocedor del Carmelo pensara en María Magdalena de Pazzi. Sin duda, todas ellas y otras muchas son santas extraordinarias del Carmelo. Pero, si la historia del Carmelo empieza con un puñado de hermanos en Tierra Santa, ¿cuándo y dónde aparecen en escena el Carmelo femenino para que después puedan surgir esas brillantes figuras?

hay una beata del s. XVI, cuya memoria litúrgica celebramos hoy, mucho menos conocida, con la que se origina el Carmelo femenino en Nantes (Francia) por el encuentro de una mujer de la nobleza -la duquesa Françoise d’Amboise- y el beato Juan Soreth.

La Beata Francisca d’Amboise, carmelita -duquesa de Bretaña en el siglo- nació en plena Guerra de los Cien Años, en el castillo de Thouars el 9 de mayo de 1427, Françoise, hija del muy rico señor Louis d’Amboise y Marie de Rieux, se encontró muy pronto confrontada con la violencia de los grandes y desde sus primeros días, debe huir con su madre a la corte de Bretaña. Vivió primero en Vannes, luego en Nantes.

Criada en la piedad, la fuerza y ​​la dulzura, Françoise tuvo que casarse a la edad de…

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Bendición Urbi et Orbi

Sigue en directo la oración y la bendición del Papa Francisco «Urbi et Orbi» por la emergencia del coronavirus a través de Vatican News. 

El primer llamamiento a todos los cristianos se hizo realidad el miércoles 25 de marzo, en la invocación al Dios Todopoderoso a través de las palabras del Padre Nuestro simultáneamente con los Jefes de las Iglesias y los líderes de todas las comunidades cristianas. Una oración conmovedora hacia el cielo.

A las 18.00 horas (hora central europea) los católicos de todo el mundo están invitados a unirse espiritualmente, a través de los medios de comunicación, al Papa, quien presidirá un momento de oración desde el atrio de la Basílica de San Pedro, con la plaza vacía, como él mismo anunció:

“Escucharemos la Palabra de Dios, elevaremos nuestra súplica, adoraremos el Santísimo Sacramento, con el que al final daré la Bendición Urbi et Orbi, a la que se unirá la posibilidad de recibir la indulgencia plenaria.”

El Santo Padre dirigirá un momento de oración en el atrio de la Basílica de San Pedro. Tras el rezo de la Palabra de Dios, Adoración al Santísimo Sacramento, el Papa impartirá una Bendición Urbi et Orbi extraordinaria por las victimas del coronavirus. Esta especial Bendición suelen impartirla los Pontífices solamente dos veces al año, el 25 de diciembre y el Domingo de Pascua.

A partir de las 18.00 horas, el momento de oración será transmitido en vivo en todo el mundo.

Vatican Media transmitirá en varios idiomas en su Página Web, en nuestra página de Facebook a través de Facebook Live y en nuestro canal de YouTube

Radio María retransmitirá esta oración, con imágenes, en su canal de Youtube: 

Feliz día del Carmen

P. Provincial

Queridos hermanos y hermanas, MUY FELIZ DÍA DE LA VIRGEN DEL CARMEN a todos.

Acaban de dar las 12 de la noche en el reloj. Hace unos minutos hemos entrado en el día del Carmen, de Nuestra Madre, nuestra Hermana, nuestra Señora. Como quien se zambulle en las entrañas seguras que solo pueden dar a luz la historia que lleva por nombre a Jesús. Unos minutos antes de dar las doce paseaba con tres hermanos por la playa, una de tantas playas, siempre únicas, contemplando el mar, que en todas sus orillas guarda la presencia de María, Faro Luminoso: Stella Maris, velando nuestras vidas arriesgadas a la mar, en la incertidumbre, en la noche, incluso en los naufragios y en la orilla recién encontrada.

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Los Dones del Espiritu Santo y Santa Teresa

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1. Sabiduría

«Como el Señor la quería para sí, fuela quitando este amor y creciendo el deseo de dejarlo todo. En este tiempo sólo la movía el deseo de salvarse y de buscar los mejores medios; que le parecía que, metida más en las cosas del mundo, se olvidaría de procurar lo que es eterno, que esta sabiduría le infundió Dios en tan poca edad, de buscar cómo ganar lo que no se acaba. » LIBRO DE LAS FUNDACIONES 10, 16

2. Entendimiento (Inteligencia)

«Porque a nosotros nos lo reveló Dios por medio del Espíritu; y el Espíritu todo lo sondea, hasta las profundidades de Dios.» I Corintios, 2 -10

«Hartos años estuve yo que leía muchas cosas y no entendía nada de ellas; y mucho tiempo que, aunque me lo daba Dios, palabra no sabía decir para darlo a entender, que no me ha costado esto poco trabajo. Cuando Su Majestad quiere, en un punto lo enseña todo, de manera que yo me espanto. Una cosa puedo decir con verdad: que, aunque hablaba con muchas personas espirituales que querían darme a entender lo que el Señor me daba, para que se lo supiese decir, y  es cierto que era tanta mi torpeza, que poco ni mucho me aprovechaba; o quería el Señor, como Su Majestad fue siempre mi maestro (sea por todo bendito, que harta confusión es para mí poder decir esto con verdad), que no tuviese a nadie que agradecer. Y sin querer ni pedirlo (que en esto no he sido nada curiosa porque fuera virtud serlo sino en otras vanidades), dármelo Dios en un punto a entender con toda claridad y para saberlo decir, de manera que se espantaban y yo más que mis confesores, porque entendía mejor mi torpeza. Esto ha poco. Y así lo que el Señor no me ha enseñado no lo procuro, si no es lo que toca a mi conciencia.»

VIDA 12, 6

3. Consejo

«En este tiempo vino a este lugar el padre Francisco, que era duque de Gandía  y había algunos años que, dejándolo todo, había entrado en la Compañía de Jesús. Procuró mi confesor, y el caballero que he dicho también vino a mí, para que le hablase y diese cuenta de la oración que tenía, porque sabía iba adelante en ser muy favorecido y regalado de Dios, que como quien había mucho dejado por El, aun en esta vida le pagaba. Pues después que me hubo oído, díjome que era espíritu de Dios y que le parecía que no era bien ya resistirle más, que hasta entonces estaba bien hecho, sino que siempre comenzase la oración en un paso de la Pasión, y que si después el Señor me llevase el espíritu, que no lo resistiese, sino que dejase llevarle a Su Majestad, no lo procurando yo. Como quien iba bien adelante, dio la medicina y consejo que hace mucho en esto la experiencia. Dijo que era yerro resistir ya más. Yo quedé muy consolada, y el caballero  también holgábase mucho que dijese era de Dios, y siempre me ayudaba y daba avisos en lo que podía, que era mucho.» VIDA 24, 3

4. Fortaleza

«Si no usamos bien del tesoro y del gran estado en que pone, nos lo tornará a tomar y quedarnos hemos muy más pobres, y dará Su Majestad las joyas a quien luzca y aproveche con ellas a sí y a los otros. Pues ¿cómo aprovechará y gastará con largueza el que no entiende que está rico? Es imposible conforme a nuestra naturaleza a mi parecer tener ánimo para cosas grandes quien no entiende está favorecido de Dios. Porque somos tan miserables y tan inclinados a cosas de tierra, que mal podrá aborrecer todo lo de acá de hecho con gran desasimiento quien no entiende tiene alguna prenda de lo de allá. Porque con estos dones es adonde el Señor nos da la fortaleza que por nuestros pecados nosotros perdimos. » VIDA 10, 6

5. Ciencia

«Todo lo halla guisado y comido; no hay más que hacer de gozar, como uno que sin deprender ni haber trabajado nada para saber leer ni tampoco hubiese estudiado nada, hallase toda la CIENCIA sabida ya en sí, sin saber cómo ni dónde, pues aun nunca había trabajado aun para desprender el abecé. » VIDA 27, 8

6. Piedad

«Era mi padre hombre de mucha caridad con los pobres y piedad con los enfermos y aun con los criados; tanta, que jamás se pudo acabar con él tuviese esclavos, porque los había gran piedad, y estando una vez en casa una de un su hermano, la regalaba como a sus hijos. Decía que, de que no era libre, no lo podía sufrir de piedad. Era de gran verdad. Jamás nadie le vio jurar ni murmurar. Muy honesto en gran manera. » VIDA, 1, 1

7. Temor de Dios

«Mirad, por amor de Dios, hermanas, si queréis ganar este TEMOR DE DIOS, que va mucho entender cuán grave cosa es ofensa de Dios y tratarlo en vuestros pensamientos muy ordinario, que nos va la vida y mucho más tener arraigada esta virtud en nuestras almas. » CV 41, 4