En la intimidad de la madrugada del viernes al sábado descubrimos a esos héroes anónimos que en lo escondido, sin ruido y sin ser noticia, hacen el mundo mejor. Queremos escuchar su voz y que nos cuenten el paso de Dios por sus vidas y cómo su Amor les ha transformado. Son testimonios de encuentro y amistad con el Señor que se convierten en una luz de esperanza en la noche, ayudándonos a conocer el rostro de Jesucristo que está vivo y nos llama en lo cotidiano a entablar una relación personal con Él.
Imagen: Icono de Santa Maravillas de Jesús. «Transparencia en la transmisión». Carmelo de la Théotokos. Harissa (Líbano).
Santa María Maravillas de Jesús, virgen y fundadora
En el monasterio de La Aldehuela, en la región de Madrid, en España, santa María de las Maravillas Pidal y Chico de Guzmán, virgen de la Orden de Carmelitas Descalzas, que fundó muchos monasterios en España y en la India, conjugando la vida contemplativa con una solícita caridad.
María de las Maravillas de Jesús Pidal y Chico de Guzmán nació en Madrid el 4 de noviembre de 1891. Desde su infancia deseó consagrarse a Dios y dedicó su juventud a ayudar a los necesitados. Atraída por la espiritualidad de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz, y movida por su amor a la Virgen María, ingresó en el Carmelo de El Escorial el 12 de octubre de 1919. En 1924 fundó un monasterio de Carmelitas Descalzas en El Cerro de los Ángeles, centro geográfico de la península, junto al monumento del Corazón de Jesús, como lugar de oración y de inmolación por la Iglesia y por España. En 1933 participó en la fundación de un convento de carmelitas en Kottayam, en India.
Durante la persecución religiosa la Madre Maravillas brilló por su espíritu de reparación, fortaleza, serenidad y confianza en el Señor. Bajo el signo de la fidelidad a Santa Teresa fundó otros diez Carmelos recuperando lugares de tradición teresiano-sanjuanista. Priora durante largos años, enseñó a sus hermanas con el testimonio de sus virtudes y se distinguió por su vida mística, ardor apostólico y por la bondad unida a la firmeza ante quienes la tenían por verdadera madre. Murió en el Carmelo de La Aldehuela, el 11 de diciembre de 1974, expresando «¡Qué felicidad morir Carmelita!» Fue beatificada por SS Juan Pablo II en 1998, y canonizada por el mismo papa en Madrid, el 4 de mayo de 2003.
De ella afirma el Papa en la misa de canonización: «Vivió animada por una fe heroica, plasmada en la respuesta a una vocación austera, poniendo a Dios como centro de su existencia. Superadas las tristes circunstancias de la Guerra Civil española, realizó nuevas fundaciones de la Orden del Carmelo presididas por el espíritu característico de la reforma teresiana. Su vida contemplativa y la clausura del monasterio no le impidieron atender a las necesidades de las personas que trataba y a promover obras sociales y caritativas a su alrededor.»
En el archivo del Desierto de Batuecas encontramos un diario en el que se van recogiendo noticias, actos cotidianos de la vida del Desierto, visitas destacadas a este lugar, poesías, etc. Este libro es un auténtico tesoro con el que podemos reconstruir la historia de este lugar durante la primera mitad del s. XX ya que se inicia en 1916 y concluye en 1953.
En la primera página encontramos el título: “Diario de las personas que han visitado este Sto Desierto de S. José de las Batuecas y otras cosas que merecen especial mención”.
Lo más interesante son las crónicas que podemos dividir en tres grandes bloques:
1915-1918: durante estos años se intenta recuperar el Desierto de Batuecas pero este proyecto no llega a lograrse.
1937-1939 y 1944: son las páginas más completas. En estos años Santa Maravillas de Jesús recupera el Desierto de Batuecas estableciendo aquí una comunidad de…